jueves, 14 de julio de 2011

Para Ti

Querido hombre perfecto:


Últimamente he reflexionado bastante sobre ti, no sé por qué, pero creo que hay algo importante que debo decirte. Puede que a ti no te afecte pero a mi, me cambió la forma de mirar(te).


Aquí voy, no te asustes pero ya no te estoy esperando, ya no te quiero. Es tan injusto que te exija cosas: que tienes que buscar a Dios con todo, que tienes que servirlo, que tienes que ser consejero, que tienes que trabajar con jóvenes, que tienes que cuidarme y preocuparte por mi, que tienes que respetar mis espacios, que tienes que entenderme, que tienes que entretenerme, que tienes que cumplir con todas mis expectativas., etcetcetc (sí, porque podemos seguir con la lista).


No, ya no te exijo eso, incluso prefiero conocerte con tus fallas, saber cuál es tu debilidad y poder cubrirla juntos; alguien que se sepa imperfecto y que no aparente más de lo que es. 

Y a ti, hombre imperfecto, también tengo algo que decirte. No sólo te estoy esperando sino que, también, me estoy preparando para que tengas a una mujer esforzada y relajada, fuerte y tierna, dispuesta a admirar tus áreas que resaltan, dispuesta a apoyar tus áreas que ocultas, dispuesta a soñar juntos, a llorar juntos, a trabajar juntos.

Ser lo mejor que puedas tener, la mejor mujer para ti.